lunes, 10 de febrero de 2014

CARTA ABIERTA AL INTENDENTE FERRARESI
   
HABLEMOS CLARO
Dos veces hemos pedido entrevista con Usted sin que nos lo concediera. La primera vez fue a propósito de actos de corrupción, de cobro de “peaje” a los ciudadanos para garantizar Seguridad que se llevaba a cabo con móvil de la Municipalidad en la localidad de Gerli. En ese tiempo, hemos realizado la denuncia penal y hemos solicitado entrevista con Ud sin ninguna respuesta ni siquiera verbal. Esta vez, un nuevo pedido para dialogar sobre temas puntuales de relación institucional, nos sorprende nuevamente con su indiferencia, y el ninguneo al que somos sometidos por sus referentes panegíricos. Evidentemente se reúne solo con halagadores y consumidores integristas de su aparato.
La Municipalidad ha tomado instalaciones de nuestra parroquia hace más de dos años y no ha hecho las diligencias propias con quienes son los legítimos administradores-sujetos a derecho- y sobre quienes descansa la responsabilidad de la institución. El Intendente estuvo varias veces allí por lo que no desconoce esta situación. Sólo un acuerdo preliminar y verbal no puede ser, bajo ningún concepto, una razón para la ocupación, actitud violatoria de derechos y absolutamente ilegal.
Cuando nos hemos encontrado con semejante irregularidad hemos intentado, desde setiembre del 2012, poder regularizar la relación institucional. Después de varios pedidos realizados por escrito para una mesa de diálogo, los representantes de nuestra parroquia se sentaron a dialogar con referentes de la Secretaría de Educación recién en junio de 2013 cuando le presentamos nuestras condiciones para un eventual Comodato del lugar. Después, nunca más volvieron dejándonos plantados en varias oportunidades. Hemos intentado gestionar la resolución del conflicto por varias vías sin lograrlo. La continuidad indefinida y el agravamiento de la situación, la ocupación del lugar por bienes de terceros, la utilización del salón parroquial para fines no educativos, el patoterismo de quienes dicen representar los intereses del Municipio, la destrucción de bienes religiosos, nos permite, solicitar nos devuelva nuestro lugar y retire su aparato político de las instalaciones de nuestra parroquia. Hay dos agravantes a este conflicto. Uno, el derecho de propiedad está garantizado por la Constitución Nacional. Queremos creer que Ud está al tanto de ello. Demás está decir que los argentinos necesitamos, que los referentes políticos sean los primeros en respetarla, máxime cuando estamos hablando de la primera figura pública del distrito. Podríamos hacer referencia a decenas de oportunidades en que usted hace pública esta necesidad. ¿O deberíamos pedirle solo a los poderes concentrados que respeten la Ley?. Dos, el Kolping es un lugar de un valor simbólico inigualable. Allí, el Padre Luis Sánchez, nuestro párroco emérito y Ciudadano ilustre de Avellaneda, atendió a los más pobres durante décadas, no sólo dándoles de comer en los tiempos más duros sino también alegrándoles la vida en memorables eventos culturales y sociales. Varias generaciones se educaron allí, algunos hoy son referentes sociales significativos en quienes colocamos también nuestras mejores esperanzas.
El Señor Intendente debe saber que, a esta Comunidad que le reclama, nadie la ha consultado para realizar ninguna obra. Quienes somos militantes, jamás coincidiremos con decisiones “tomadas por arriba” o dialogadas en mesas de poder, menos aún cuando estamos hablando de una de las comunidades más pobres del distrito y donde se atiende a centenares de niños, jóvenes y adultos, la mayoría sometida a violencia diaria, al castigo insoportable de la pobreza, a la vulneración cotidiana de sus derechos, al arbitrio de la falta de servicios básicos, al desesperante grito del desempleo sobre todo de los más jóvenes, hoy víctimas inocultables de la tiranía de las drogas. Con tan pesadas mochilas, muchas de ellas son violaciones a sus derechos humanos fundamentales, buscan torcer su destino del lado de quienes hemos decidido compartir con ellos sus luchas y reivindicaciones, no merecen más agresión y menos de representantes del Estado.
Los que trabajamos en el barrio San Lorenzo no representamos a la derecha paleócrata, a los sectores neogolpistas ni a las corpo agromediáticas. Por las dudas que la paranoia lo confunda. Creemos que lo que pedimos es de simple sentido común tanto que no resiste mayor análisis. Obviamente, tenemos el derecho de entender la política como nos parezca. Hemos trabajado mucho para que el país sea más democrático y nunca fuimos indiferentes a los desafíos sociales. Siempre seremos críticos a la ausencia de las instituciones y del Estado en los sectores más vulnerables. Tampoco nos interesa ser funcionales a ninguna manipulación, creemos haber esperado suficiente tiempo sin respuesta. Por lo tanto, en el acto en que entregamos esta carta también hacemos pública a la Comunidad nuestro reclamo. Esperamos que la sensatez y el sentido común primen ante todo. Aprovechamos para saludarlo respetuosaente.

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