lunes, 10 de abril de 2017

         LA SONRISA DE MICAELA

No me canso de mirarte. Y escribo porque este silencio me atormenta. El silencio del aparato patriarcal criminal azuzado por la derecha apolillada que
nos gobierna, el mutismo de rostros femeninos adosados a ellos, inertes, cómplices, sonrientes en los banquetes masculinos de los que garpan la fiesta, el chistido de los señores de corbata que marcan la moral, a la noche van de putas y al día siguiente se sientan con la Legrand a pontificar, el sepulcralismo de los dueños de la religión que nunca se dan por enterados, de sillones cada vez más amplios curioseando enmudecidos como epitafios vivientes. Serás siempre un emblema, un apelo, un llamado, un estandarte..Tu rostro militante nos interpelará a todxs porque tu voz se encontró paradojalmente cercada en el laberinto contra el que tanto luchaste, donde se dirigen las víctimas de siglos
de pensamiento machista, infectados en los genes de generaciones cada vez más violentos. Tu militancia es la gran diferencia que marca un antes y un después, la palabra de tus padres que no emite una pizca de venganza y nos llena de orgullo porque esa reflexión sale de miles de horas populares cocinadas en los barrios y en sus humildes asambleas. El sistema de complicidades, el juez de ejecución penal, sus lacayos, los medios misóginos, el atroz espectáculo de testosterona inutil del Congreso, las consignas masculidólatras de los ministros de la corte, los popes sindicales tan varoniles que les sienta tan bien el hambre del pueblo, los trollcenters difundiendo siempre algo podrido por las cada vez más peligrosas redes cuya patología ha perdido el control. La Aguadas, Michettis, Vidales, y sus réplicas y clones, son espantajos, fantoches y figurones de un mundo que alaba el crimen del blanco-masculino-occidental y de aquellos sementales educados en las aulas marmoladas donde se prohíbe hablar de sacerdocio femenino. Yo los acuso a todos, porque su herpetario asiste hipócritamente a ese terrorismo contra la mujer sin acusar recibo ni ser nunca salpicados. Vos representás esa generación maravillosa, ícono de tan solo 21 años, que con sonrisa luminosa crea, inventa como puede en los barrios un nuevo amanecer para quienes ya lo perdieron todo. Tu último dolor público fue justamente cuando el ejército del Faraón entró a moler a palos y gases a los pibes del comedor "Cartoneritos". ¡Cómo no te iba a doler eso! Sabiéndote arrebatada por la solidaridad por los más débiles, conociéndote inundada de amor reverencial."Son 30.000" gritabas en las calles entre los últimos combates que diste cuerpo a cuerpo contra este sistema que te llevó. Siendo realistas, nos llevará una eternidad rehacerte en esta humanidad llena de tumbas pero nuestra utopía nos hace creer que estarás allí en cada marcha, en cada movida, lista a hornear un ser humano nuevo como nos pedía el Che. Compañera, mujer, militante, que tengas buen vuelo y regreses pronto. No demores.